Sainte-Chapelle (La Santa Capilla), es un templo católico de estilo gótico que se encuentra en el centro de la ciudad de París. Concretamente en la Ile de la Cité (Isla de la Ciudad), una de las islas naturales rodeadas por el río Sena, cuyo lugar dio origen a París.
El rey francés Luis IX (1214/1270), más conocido como San Luis de Francia, compró a Balduino II, último emperador latino de Constantinopla, varias reliquias de gran importancia. Una parte de la corona de espinas que portó Jesucristo en su Pasión, un trozo de madera de la cruz, la punta de hierro de la lanza que traspaso el costado de Nuestro Señor (lanza de Longinos) y la esponja impregnada en vinagre que le acercaron a Jesús en la cruz cuando tuvo sed.
San Luis con vestimenta muy modesta y descalzo, recibe las Sagradas Reliquias entrando con ellas en París. Las deposita en la capilla de San Nicolás, en su palacio de la Ille de la Cité. El monarca francés decide construir una nueva capilla palaciega digna de atesorar tan importantes reliquias sagradas. Este será el nacimiento del proyecto de la Sainte-Chapelle, concebido como un relicario de cristal.
La capilla de San Nicolás se derriba para construir, en ese mismo lugar, Sainte-Chapelle. Se le atribuye al arquitecto Pierre de Montreuil (1200/1260) el plano original de la capilla. Las obras comenzaron en 1238, y en tan solo siete años fueron terminadas, finalizando los últimos detalles en 1245.
El 26 de Abril de 1245, el cardenal Eudes de Chateauroux, consagró la capilla superior, destinada a recoger las reliquias de la Pasión de Cristo. La Capilla inferior fue consagrada a la Virgen María por Pierre Berruyer, Arzobispo de Bourges.
Sainte-Chapelle está considerada como una de las más bellas muestras del gótico radiante.
En su exterior, Sainte-Chapelle posee un diseño muy sencillo y estructuralmente se aprovecha la capilla inferior como base de los pesados pilares y contrafuertes que sostienen la capilla superior y le permiten tener grandes espacios libres para ser rellenados mediante enormes vidrieras.
Se toma como modelo arquitectónico el del templo de una sola nave, coronada en un ábside con siete paneles. El altar con las reliquias se situará en el ábside de la capilla superior.
La única nave que conforma Sainte-Chapelle tiene 36 m de largo, 17 m de ancho y una altura de 42,5 m. La cubierta de la capilla es de pizarra y destaca una aguja de cedro de 33 m de altura. Esta aguja sufrirá a lo largo de su historia hasta tres reconstrucciones.
Sainte-Chapelle se divide en dos capillas superpuestas: capilla superior y capilla inferior. Mientras en el interior de la capilla inferior el techo es bajo y no muy iluminado creándose una atmósfera oscura muy similar al de una cripta; la capilla superior destaca por su gran altura y enormes ventanales que le dotan de una gran luminosidad.
La capilla inferior, tiene acceso exterior, ya que se ideó para estar abierta al público a diferencia de la superior, que estaba destinada únicamente a la familia real. En la misma entrada nos encontramos con una imagen de la Virgen María, ya que ésta capilla esta dedicada a Nuestra Señora.
El techo de la capilla inferior es abovedado. Sostenido por numerosas columnas, soporta todo el peso del edificio. Es de color añil y contiene infinidad de puntos de luz en forma de la flor de lis.
Por tanto, la capilla inferior se construyó tanto por su utilidad funcional arquitectónica como estructural, ya que alivia al máximo el peso producido por la capilla superior.
Al entrar en la capilla inferior destaca el colorido de las bóvedas, íntegramente pintadas con motivos repetitivos, así como las columnas. Por su decoración podemos distinguir dos tipologías de columnas: las columnas azules decoradas con flores de lis, símbolo de la familia real francesa, y las columnas rojas decoradas con castillos de oro, símbolo de la familia real de Castilla, pues la madre de San Luis fue Blanca de Castilla.
La capilla superior, también conocida como la capilla del Rey, era la capilla privada de la familia real y su séquito. A ella se accedía en su origen solamente a través de galerías superiores desde el palacio real, aunque en la actualidad se puede acceder desde la capilla inferior por medio de una estrecha escalera.
Es en la capilla superior de Sainte-Chapelle dónde se revela realmente la impresionante arquitectura de este edificio. Un maravilloso espacio de proporciones perfectas, de 16 m de altura, delimitado exclusivamente por enormes vidrieras, columnas y fustes. Los quince ventanales, del siglo XIII, y el rosetón occidental, del siglo XV, forman una superficie acristalada de 618 m2.
Sorprende el gran detallismo de las vidrieras siendo una lástima que apenas se aprecie desde el suelo. Las vidrieras del ábside tienen 13,45 m de altura, por 2,10 m de ancho. Su marco es de dos ojivas y tres trilóbulos.
Los ventanales de la nave, de 15,35 metros de alto, por 4,70 metros de ancho, están divididas por cuatro ojivas, encima de las cuales hay un rosetón de 6 lóbulos y 2 cuatrilóbulos.
Las vidrieras confieren a Sainte-Chapelle un conjunto homogéneo y continuo, en el cual destacan los tonos azules y rojos que son combinados en gran armonía. Son un excelente ejemplo de la utilización del color en la decoración de los interiores góticos, en los que arquitectura y decoración se reconocen como un todo indisoluble.
Los maestros artesanos utilizaron las vidrieras para realizar un breve resumen en imágenes de la Biblia. Abarcan desde la creación del mundo recogida en el Génesis, pasajes del Antiguo Testamento procedentes de los libros del Éxodo, Números, Deuteronomio, Daniel, Ezequiel, Jeremías, Tobías, Esther, Job o Judith y Reyes, hasta pasajes de los Evangelios como la Pasión de Jesucristo, en los cuales se narra la historia de las reliquias sagradas que están guardadas en Sainte-Chapelle, finalizando con los pasajes del Apocalipsis. Las ventanas que contienen a las vidrieras están divididas en arcos y se leen de izquierda a derecha y de arriba a abajo.
El rosetón occidental representa el Apocalipsis y el Juicio Final, siendo una de las más bellas muestras de arte vitral de finales del siglo XV. Posee una delicada armonía cromática entre azules pálidos; blancos y amarillos muy luminosos, y partes de rojos muy vivos.
Existen esculturas situadas sobre las molduras, que ocupan el espacio entre la zona inferior y el comienzo de las ventanas ojivales.
El techo de la capilla superior también está pintado, pero en este caso presenta un fondo azul oscuro tachonado de estrellas en lugar de la flor de lis como ocurre en el techo de la capilla inferior.
Sainte-Chapelle a lo largo de los siglos ha sufrido distintas vicisitudes, desde catástrofes naturales, como fueron los incendios de 1630 y 1775 o la inundación de 1690 a causa del desbordamiento del río Sena, hasta agresiones intencionadas. Probablemente los mayores daños sufridos en Sainte-Chapelle se produjeron como resultado de la Revolución Francesa, como sucedió con tantos otros edificios religiosos.
Durante la Revolución Francesa todo el mobiliario y la sillería del coro fueron saqueados, la aguja de la cubierta fue derribada, los tímpanos dañados, y las Santas Reliquias esparcidas por diferentes lugares. Las estatuas corrieron mejor suerte, pues en su mayoría se salvaron.
En 1836, el Departamento de Monumentos Históricos decide la restauración de Sainte-Chapelle debido a su mal estado. El encargado principal de la restauración es el arquitecto francés Félix Duban y bajo sus ordenes un jovencísimo Eugéne Viollet-le-Duc.
La más reciente restauración de Sainte-Chapelle ha sido la realizada en 2013 de sus exteriores. En el siguiente vídeo podemos ver un interesante resumen.
Dibujos y fotografías tomadas de Wikipedia, Tortajadanieto, Fromparis, cuadriculasdeluz.blogspot.