La Iglesia del Agua de Tadao Ando

Si una obra pudiera resumir todo el pensamiento arquitectónico de Tadao Ando ésta, sin duda, sería la Iglesia del Agua. En este proyecto podemos encontrar el énfasis en incorporar la naturaleza en sus construcciones, la creación de espacios para la meditación, serenidad y espiritualidad de sus visitantes, en los que la arquitectura no distrae sino que contribuye a la introspección.

Una arquitectura basada en formas geométricas simples que gracias a la sabiduría en el uso de la luz y de los materiales consiguen crear espacios trascendentes.

“Pienso que la arquitectura se torna interesante cuando se muestra este doble carácter: la máxima simplicidad posible y, a la vez, toda la complejidad de que pueda dotársele.”

Tadao Ando


En Tadao Ando se unifica la arquitectura y cultura  tradicional japonesa con las influencias de los grandes arquitectos occidentales como Le Corbusier y Louis Khan.

“Me interesa un diálogo con la arquitectura del pasado pero debe ser filtrado por mi propia visión y experiencia. Estoy en deuda con Le Corbusier o Mies van der Rohe, pero al mismo tiempo tomo lo que ellos hicieron y lo interpreto a mi manera”.

Tadao Ando

La referencia más cercana a la Iglesia del Agua la encontramos en la capilla de la Universidad Técnica de Otaniemi, en Finlandia, diseñada en 1957 por los arquitectos Kaija y Heikki Siren. En esta capilla podemos ver por primera vez cómo el muro del altar desaparece siendo sustituido por una cristalera que permite la visión de una arboleda y una cruz.

Capilla de la Universidad Técnica de Otaniemi, Finlandia

Capilla de la Universidad Técnica de Otaniemi, Finlandia

La espiritualidad del japonés es muy diferente a la que tenemos en occidente, pueden profesar dos o más religiones a la vez, asumiendo la sociedad japonesa ese sincretismo de manera natural. Por ejemplo, cuando nace un bebé es costumbre llevarle a recibir la bendición a un santuario sintoísta, pero en el momento de la muerte, los restos del difunto se pueden enterrar en el cementerio de un templo budista, donde sus familiares oran para que tenga un buen viaje a la otra vida. En las últimas décadas se ha introducido la costumbre de realizar los enlaces matrimoniales por medio de toda una parafernalia de estética cristiana.

El motivo principal es que muchas japonesas se sienten atraídas por el el halo de romanticismo que impregna estas ceremonias : el vestido blanco, el camino hacia el altar con la música de la marcha nupcial, el intercambio de anillos, el «Sí, quiero»… En la mayoría de los casos ni siquiera son verdaderos sacerdotes los que ofician estas celebraciones, sino que son occidentales disfrazados que se contratan como actores. De hecho es habitual que la misma pareja vaya en ese mismo día a celebrar su boda a un santuario sintoísta, con los kimonos de rigor puestos.

Celebración en la Iglesia del Agua

Aunque se la conoce como Iglesia del Agua (diseñada en 1985 y construida en 1988), más que una iglesia es realmente una pequeña capilla que se encuentra en la localidad japonesa de Tomamu, en la parte central de la isla de Hokkaido, al norte del Japón. Pertenece a un complejo hotelero que, como es muy común en Japón, ofrece una serie de espacios diferentes para celebraciones cristianas, sintoístas, budistas o no-religiosas según la preferencia del cliente.

Tadao Ando organiza su proyecto dando la espalda a este complejo hotelero, separandose de él por medio de un muro en forma de L, y estableciendo un recinto espiritual, aislado de lo mundano, dónde todas las perspectivas se fijan en un bosque de hayas por el que discurre un arroyuelo.

Dibujo de la planta de la iglesia del agua

La composición de la Iglesia del Agua se basa en la intersección de dos volúmenes, un prisma de base cuadrada de 15 m de lado y un cubo de 10 m de lado, que comparten una esquina con un área de 5×5 m.  El hecho más significativo del proyecto es que Tadao Ando prescinde  del muro frontal del presbiterio donde se suele colocar un retablo o diferentes imágenes religiosas, sustituyéndolo por una representación del Creador que él considera más viva y elocuente: la hermosura de la naturaleza misma.

Esta representación es siempre cambiante, variando según las estaciones del año:  de los tonos ocres del otoño, los blancos del invierno a los verdes de la primavera. Coloca en el exterior, en medio del estanque una gran cruz metálica, visible desde la capilla como punto central de la naturaleza.

Iglesia del Agua en invierno

Iglesia del Agua en Primavera

Los fieles, tras rodear la pared en forma de L, ascienden y descienden por unas escalinatas alrededor de un espacio definido por cuatro cruces. El espacio interior de las cruces, es una pequeña plaza con techo de vidrio y con una bancada en todo su perímetro.

El exterior se halla envuelto por una estructura de metal recubierta con un cristal laminado con la que Tadao Ando pretende darle un aspecto más étereo. Bajo el cubo de la luz, en una esquina de la capilla, hay tres salas de espera y dos baños, dispuestos en torno a un espacio cilíndrico de vidrio que recibe iluminación cenital.

Cubo de la luz de la iglesia del agua

Imagen 3D en escorzo del cubo de la luz

El propio arquitecto resume así la aproximación desde el cubo de la luz a la capilla:

«La aproximación al conjunto se realiza siguiendo la trayectoria del muro exento y ascendiendo por una suave ladera hasta llegar a la zona de acceso, definida en sus cuatro lados por un vidrio mate blanco. Este recinto de luz, en el que se alzan cuatro cruces contiguas, se mezclan la luz solar -intensa y directa – y la luz filtrada a través del vidrio mate, envolviendo a los visitantes en un sutil contraste que da solemnidad al lugar. Del recinto parte una escalera, oscura y curvada, que conduce a la repentina visión de una quinta cruz y del lago azul oscuro. El horizonte separa el cielo de la tierra, lo sagrado de lo profano. El paisaje va cambiando gradualmente de apariencia, en una transición en la que los visitantes pueden sentir la presencia de la naturaleza y de lo sagrado. La luz del sol, el lago y el cielo continuarán entonando distintas melodías.»

Tadao Ando

Vista exterior de la iglesia del agua

Adyacente a la capilla coloca un pórtico de 6,2 m de alto, sosteniendo una viga que se extiende 15,9 m. Este pórtico, según Tadao Ando, simboliza la idea de la transición entre lo profano y lo religioso. A su vez, este pórtico le permite acoger la mampara corredera que limita la capilla con el estanque. Si los días son cálidos, esta mampara puede abrirse, permitiendo que la unión entre el edificio y la naturaleza sea aún mayor.

Pórtico de la iglesia del agua

El interior de la Iglesia del Agua es de una gran sobriedad. Cinco filas de bancos de madera dispuestas en dos lineas, de un diseño muy sencillo, acompañados de dos sillas diseñadas por él mismo. Las paredes contienen unas lámparas que enfatizan la retícula del hormigón armado visto, típico de la arquitectura de Tadao Ando. El suelo está recubierto con losas de granito negro.

Interior de la iglesia del agua

«Pienso que un espacio sacro debe estar de alguna manera ligado a la naturaleza, lo que no significa que tenga que ver con el animismo o panteísmo.»

Tadao Ando

En este caso concreto, si omitiéramos el símbolo de la cruz o la sustituyéramos por el símbolo de otro credo religioso, el edificio no variaría; es decir, es un espacio trascendental tan abstracto que puede servir para cualquier tipo de manifestación trascendental, espiritual o religiosa. En ningún momento queda patente que ese Creador de la naturaleza al que se adora sea el Dios cristiano, quedando abierto a casi cualquier tipo de interpretación.

A pesar de haber escrito a la empresa que gestiona las bodas en la Iglesia del Agua, todavía no he obtenido respuesta, por lo que de momento no he podido confirmar si ésta tiene un uso católico *, como es el caso de la Iglesia de la Luz de Tadao Ando, o de otros credos cristiano, o simplemente es un espacio de estética cristiana para celebrar falsas bodas en un entorno hermoso.

Vista desde el interior de la iglesia del agua

No hay duda alguna sobre la calidad arquitectónica del proyecto de Tadao Ando, sobre su belleza o sobre el sentido de trascendencia o el clima de oración que transmite ese recinto. Aún así, si realmente se tratase de una capilla católica  se podrían criticar numerosos aspectos, siendo quizá lo más destacable el hecho de relegar  la figura de Jesucristo a un segundo plano, poniendo a la naturaleza como principal protagonista de esta iglesia. Se podría pensar que la idea de capilla cristiana se ha puesto al servicio del arquitecto para realizar un bello ejercicio estético que tiene poca o ninguna relación con el cristianismo, en lugar de suceder al revés: poner la arquitectura al servicio del cristianismo, la vasija en función del contenido.

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* Acabo de recibir la contestación por parte de la empresa que gestiona las bodas en la Iglesia del Agua. Me confirman que no es una capilla católica sino protestante. Desde Arquitectura y Cristianismo les agradecemos su rapidez y amabilidad en la contestación.

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